La cocina abierta al salón es tendencia, pero necesita límites sutiles. Si busca un espacio fluido sin renunciar a una división visual, aquí tiene tres trucos de diseño a medida:
1. La Isla o Península como Frontera
Este es el delimitador más efectivo y funcional.
- Isla Central: Si el espacio lo permite, una isla separa físicamente la zona de trabajo de la zona de estar. Por el lado de la cocina, ofrece almacenaje y encimera; por el lado del salón, puede integrar una barra de desayuno o ser completamente lisa para mantener un aspecto de «mueble de salón».
- Península: Ideal para espacios más estrechos. Al estar unida a una pared, actúa como una ‘L’ invertida, creando una barrera sutil pero clara que define la cocina.
2. El Juego de Materiales y Suelos
La clave está en la continuidad, pero con un punto de ruptura.
- Unificar la Base: Usar el mismo pavimento (suelo) en ambos ambientes genera amplitud. Si usa madera, que sea la misma.
- Cambiar la Zona: Para delimitar, cambie el material solo en el área de la cocina (por ejemplo, baldosas hidráulicas o cerámica) y mantenga el resto del salón en madera. Esto marca un límite visual sin necesidad de paredes.
- Armonía de Colores: Los muebles de cocina y los del salón deben compartir una paleta de colores. Si su salón tiene tonos tierra y madera, use esos mismos colores en las puertas de la cocina para lograr una transición natural.
3. La Iluminación Estratégica
Use la luz para definir zonas con precisión.
- Luz Funcional: En la cocina, use luces claras y potentes (bajo los armarios y focos empotrados) para el trabajo.
- Luz Ambiental: En el salón y comedor, use luz cálida e indirecta.
- Lámparas Colgantes: Colocar lámparas de diseño sobre la isla o península no solo ilumina la zona de trabajo/comida, sino que actúa como una pantalla visual, marcando el final de la cocina y el inicio del salón.
Con estos elementos de diseño a medida, su cocina abierta mantendrá la amplitud y la conexión, pero con una organización visual impecable.




